Tras una
revisión por la vida y la obra de este poeta de la Generación 27, puedo afirmar
que me ha sorprendido el recorrido vital y poético de este autor. Primero por
la relación tan fuerte que hay entre las experiencias vividas y su producción
poética y segundo, por la fuerte personalidad que transmite su obra, la de una
persona que no le importó mostrarse tal como era en la sociedad del momento.
Su poesía me ha parecido una mezcla de sencillez y
de retórica. Fue capaz de embellecer con la palabra los estados más apáticos de
la mente (las plumas del “estar cansado” seducen y calman la necesidad de
comunicación).
Su forma de enfrentarse al “gran” tema (el amor)
que deja tan patente en “Unos cuerpos...” sobrecoge por la desgarrada entrega
que transmiten sus versos y por la desesperanza de no encontrar una entrega
igual en los otros.
Sin embargo, algo positivo se trasluce de “Tierra
nativa”, el recuerdo de la tierra añorada se hace más hermoso desde la
distancia, aunque esté mezclado con el dolor del exilio.
En “Niño
tras un cristal”, y en la mayor parte de la
poesía suya que he leído, el
poeta se mueve entre la luz y la sombra, aunque creo que, personalmente, ha
elegido experimentar con la sombra, como le corresponde a su papel de poeta
“maldito”.
En conclusión, vida y poesía se mezclan tanto, en
este poeta, que es difícil, sino imposible, separar la experiencia vital del
recorrido de su obra.
Me gustaría acabar este trabajo con un poema que
le dedicó Ángel Valente al poeta
sevillano. Se trata de un poema que descubrí buscando información sobre la
influencia posterior de Cernuda y que, a mi entender, refleja el paso y la
huella que Cernuda deja entre nosotros.
"A Luis
Cernuda, con unas siemprevivas"
La luz caía
vertical sobre la piedra.
En la losa desnuda pusimos siemprevivas.
También son leves y te representan,
a ti, tan duradero entre nosotros.
Subimos al lugar en donde yaces
dos amigos ingleses y un hombre de tu tierra,
amigos ciertos que te aman
de dos países que al cabo desamaste.
Tal fue tu sino, engendrar el amor
en el difícil reino de lo siempre contrario
unido por el fuego.
Señor de la distancia y lo imposible.
Luis Cernuda, poeta, reza
la piedra, y los lugares y las fechas
que acotaron tu paso entre los vivos.
Entre ellos soñaste un poeta futuro
y al final lo engendraste
y hoy puede así el futuro hablar contigo.
Otros han desaparecido entre las sombras.
Tú no. Tu luz escueta permanece,
lo mismo que estas flores, para siempre.
En la losa desnuda pusimos siemprevivas.
También son leves y te representan,
a ti, tan duradero entre nosotros.
Subimos al lugar en donde yaces
dos amigos ingleses y un hombre de tu tierra,
amigos ciertos que te aman
de dos países que al cabo desamaste.
Tal fue tu sino, engendrar el amor
en el difícil reino de lo siempre contrario
unido por el fuego.
Señor de la distancia y lo imposible.
Luis Cernuda, poeta, reza
la piedra, y los lugares y las fechas
que acotaron tu paso entre los vivos.
Entre ellos soñaste un poeta futuro
y al final lo engendraste
y hoy puede así el futuro hablar contigo.
Otros han desaparecido entre las sombras.
Tú no. Tu luz escueta permanece,
lo mismo que estas flores, para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario