“ESTOY CANSADO”
de UN RÍO, UN AMOR (1929)
Estar cansado tiene plumas,
Tiene plumas graciosas como un loro,
Plumas que desde luego nunca vuelan,
Mas balbucean igual que loro.
Estoy cansado de las casas,
Prontamente en ruinas sin un gesto;
Estoy cansado de las cosas,
Con un latir de seda vueltas luego de espaldas.
Estoy cansado de estar vivo,
Aunque más cansado sería el estar muerto;
Estoy cansado del estar cansado
Entre plumas ligeras sagazmente,
Plumas del loro aquel tan familiar o triste,
El loro aquel del
siempre estar cansado
Cuando Cernuda comienza a escribir los primeros
poemas de Un Río, un Amor, tiene 27
años y en su vida han ocurrido acontecimientos decisivos para su proceso de
formación: no sólo ha publicado un libro y ha decidido que su universo íntimo
se llama poesía, también ha perdido a sus padres y por vez primera, y
definitiva, ha abandonado Sevilla. Sus circunstancias personales le empujan a
buscar en el surrealismo la ansiada libertad. Este estilo está presente en el
poemario de una manera clara. Según el propio Cernuda, los poemas de esta
colección fueron escritos "de una vez y sin correcciones; la versión que
años después publiqué de ellos era la misma que me deparó el impulso
primero"(Prosa I.)
Un
río, un amor (1929),
iniciado en Toulouse y finalizado en Madrid, alude en su título a la tensión
existente entre el tiempo que fluye y el objeto de deseo que se escapa. El tema
central del libro es el fracaso del ideal de amor con que soñaba el adolescente
y que se estrella contra el muro de la realidad y contra un entorno urbano.
En el poema
"Estoy cansado",
encontramos conexiones aparentemente
azarosas entre "cansancio" y "plumas" y entre poeta y
"loro" que le van a permitir afirmaciones fuertes, tales como la conexión
entre escritura y cansancio vital (es decir: el cansancio vital se convierte en
poesía) y la relación de éste con todo lo que se escapa o lo que se vuelve de
espaldas.
El poema está estructurado
en 3 partes: la primera y la segunda con estrofas de cuatro versos, y, la
tercera con una estrofa de seis versos.
Se prescinde de las formas fijas de versificación; es decir, el verso es libre y hay ausencia de rima.
Se prescinde de las formas fijas de versificación; es decir, el verso es libre y hay ausencia de rima.
El tema
principal es el decaimiento, la postración de ánimo y el cansancio vital del
sujeto lírico.
La insistente reiteración del enunciado, a través
de sucesivas variaciones, en las que hay un dominio del verso sobre la línea,
recuerda a las canciones tradicionales, pudiendo aparecer una intención análoga
a la de la canción y dando la impresión de que el autor quiso crear un
poema-canción.
El contenido
se organiza en tres partes:
Primera parte (Versos 1-4): El poeta enuncia la
sensación de cansancio.
Segunda parte (Versos 5-8): La sensación de cansancio
se acentúa y se personaliza.
Tercera parte (Versos 9-14): Se formula el
cansancio vital que se encamina a la tragedia.
En el análisis
del poema vemos que su desarrollo se va ajustando a la sensación de profundo
abatimiento, presente ya en el título. Se consigue mantener la apariencia de un
enunciado complejo que va articulándose en un progresivo desarrollo, y al
propio tiempo no se siente que se falsee en modo alguno el tenor mismo del
enunciado, la circunstancia de desaliento profundo que se expone desde el mismo
título. Muy al contrario, tenemos la impresión de que el desarrollo del poema
es la articulación misma del cansancio, de que dicho desarrollo se ajusta
progresivamente y cada vez más y mejor a la situación íntima descrita, de que
es su reflejo y representación genuinos.
La recurrencia de la expresión cansado, que
aparece en siete de los catorce versos, la combinación de anáfora y anadiplosis
“Estoy cansado de estar cansado”, el paso del enunciado “Estar cansado” a lo
vivido “Estoy cansado” y el símbolo del loro como equivalente del cansancio “El
loro aquel del siempre estar cansado”, junto con los objetos que evocan una
languidez placentera “plumas”, no hacen más que intensificar esa atmósfera de
cansancio e indolencia.
La expresión «estar cansado» aparece cuatro veces
en forma personal, en versos alternos y en posición anafórica [vv. 5, 7, 9 y
11], y las otras tres en forma infinitiva [vv. 1, 11 y 14]), y todavía en el v. 10 se presenta bajo otra
forma pero casi con las mismas palabras «más cansado sería».
Todo está en que lo único que de verdad el poema
nos da es la repetición tozuda, en niveles distintos, del enunciado inicial,
pero bajo la apariencia de la variación y el simulacro del raciocinio. La
diferencia se marca en que la mirada hacia el exterior, que se produce en los
versos iniciales, se ha cerrado en los versos finales y el espíritu no sabe
sino mirar hacia dentro.
La extravagancia y la aparente falta de lógica de
la imagen inicial (cansancio, plumas,
loro) parece una clara marca de la corriente surrealista. Se encuentran
expresiones cargadas de simbolismo (el autor recurre al loro por estar
relacionado idiomáticamente con la repetición), pero también se encuentran
figuras literarias propias de la tradición como puede ser el uso de la
personificación (plumas que balbucean).
Todos los
giros que el poeta da a lo largo del poema, lo único que nos dejan entre las
manos es lo mismo de siempre, no más que «el loro aquel del siempre estar
cansado». Sólo el verso “Aunque más cansado sería el estar muerto” nos señala
una situación más negativa que el propio cansancio y nos acerca a la tragedia
vital. La ironía se utiliza en los versos finales para llevar la sensación del
cansancio hasta el límite.
De todo esto, que parece debería ser sólo
negativo, sale, sin embargo, al fin algo positivo, y es ello la propia
articulación, irónica y sesgada, pero auténtica y veraz, del cansancio profundo
del ánimo postrado. El poeta, usando de los medios que la lengua misma le
ofrece, aunque sólo con la condición de que los burle, ha logrado su objeto de
dar sentido a la destrucción del sentido. Dándole la iniciativa a la lengua y
«soltándola» para que ella misma se organice en una pretensión de sentido al
fin fallida, ha encontrado el modo de lograr la representación poética de la inefable
postración y el mudo decaimiento del ánimo.
Haciendo una valoración personal, este poema tiene
el ritmo repetitivo propio de las canciones, con un estribillo reiterativo y
girando alrededor de una idea simple. El uso de esta técnica, propia del surrealismo, concuerda con el
momento de la trayectoria vital del autor. Se transmite una sensación que
podría reflejar el estado de ánimo que, algunas veces, podemos llegar a sentir
en nuestra andadura personal.
Brillante análisis!
ResponderEliminarQué cool
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