“TIERRA NATIVA” de COMO QUIEN ESPERA EL ALBA (1941-1944)
Es la luz misma, la que abrió mis ojos
Toda ligera y tibia como un sueño,
Sobre las formas puras de las cosas.
El encanto de aquella tierra llana,
Extendida como una mano abierta,
Adonde el limonero encima de la fuente
Suspendía su fruto entre el ramaje.
El muro viejo en cuya barda abría
A la tarde su flor la enredadera,
Y al cual la golondrina en el verano
Tornaba siempre hacia su antiguo nido.
El susurro del agua alimentando,
Con su música insomne el silencio,
Los sueños que la vida aún no corrompe,
El futuro que espera como página blanca.
Todo vuelve otra vez vivo a la mente,
Irreparable ya con el andar del tiempo,
Y su recuerdo ahora me traspasa
El pecho tal puñal fino y seguro.
Raíz del tronco verde, ¿quién la arranca?
Aquel amor primero, ¿quién lo vence?
Tu sueño y tu recuerdo, ¿quién lo olvida,
Tierra nativa, más mía cuanto más lejana?
Con Como
quien espera el alba comienza la que algunos críticos califican de
tercera etapa poética de Cernuda, que tiene como característica esencial la
angustia temporal, el deseo de retener lo que prevé se le escapará y lo que
irremediablemente se le está yendo, a pesar de haber aceptado la fugacidad de
lo temporal.
Fue escrito en
plena II Guerra Mundial y el título está
relacionado con la esperanza de la llegada de la paz. El horror por la guerra y
la esperanza de que ésta acabe es, por tanto, una de las circunstancias vitales
que marcan a Cernuda en la redacción de este poemario. Como quien espera el alba, también está caracterizado por el dolor
del exilio, otra circunstancia vital que marca de manera fundamental su
producción literaria y que hace que su poesía sea nostálgica, llenando su
universo poético de evocaciones de la infancia y de la tierra natal; Podemos
hablar, por lo tanto, de una obra en la que se percibe desesperanza y
desilusión frente al pasar del tiempo.
En el poema
seleccionado, el autor describe como la luz le despierta del sueño por el que se imaginaba estar nuevamente
en su “Tierra Nativa”. En este sueño el poeta revive un paisaje del
que forman parte una llanura con un limonero, una fuente, un viejo muro donde
se abría una enredadera y, finalmente, una golondrina que en verano tornaba
hacia su nido. Después de lamentarse del dolor emocional que le causa la acción
de recordar el pasado, su juventud en tierras de España, se dirige a la “tierra
nativa” para decirle que cuanto más lejos esté de ella más la tendrá presente
en su alma.
El tema
principal de este poema es la nostalgia del tiempo pasado, del paisaje de la
juventud y la añoranza de España. Este tema es planteado como un sentimiento
doloroso del que nunca podrá liberarse el poeta.
Este poema se estructura
en 24 versos agrupados en seis estrofas de cuatro versos.
Los versos son, en su mayoría, endecasílabos y sin
rima pero con una disposición lírica que impregna al poema de melodía y ritmo
interior.
El contenido
del poema se desarrolla organizado en tres partes:
La primera parte se corresponde a la primera estrofa del poema. El
poeta describe cómo es la luz que le ha abierto los ojos, despertándole de su
sueño.
Una brillante prosopopeya o personificación
sostiene esta estrofa “la luz…, que abrió mis ojos”. En el v. 3 se utilizan los
adjetivos sosegada y delicados para transmitir la suavidad de lo descrito.
También podemos hablar de aliteración, ya que el sonido de /s/ está muy
presente en los cuatro versos, aumentando la sensación de suavidad que, sin
embargo, contrasta con lo abrupto de “toda ligera y tibia” del v.2.
En la segunda parte (estrofas 2, 3 y 4), Cernuda describe en
qué ha consistido su sueño: el paisaje español de su juventud: la llanura, la
fuente, el limonero… Los recuerdos de su tierra nativa llegan al poeta desde el
pasado, parece como si llegaran para hacerse con su mente en un presente ya
lejano de aquella tierra, de aquel muro viejo y de aquella agua pura, como lo
era todo en aquel entonces.
A lo largo de esta
descripción de ese paisaje lejano, pero tan presente en su recuerdo, el
autor hace uso continuado de la prosopopeya “Extendida como una mano abierta”
“El futuro que espera…”.También es clara
la aliteración que se produce en la cuarta estrofa “El susurro del agua
alimentando/Con su música insomne el silencio”.
En la tercera parte (estrofas 5 y 6), el poeta reflexiona
amargamente sobre el dolor que le ocasiona soñar y recordar su pasado y su
“tierra nativa”; pero, sobre todo, deja constancia de su imposibilidad de
evitar soñar y recordar su pasado, su juventud, su primer amor, su tierra
española.
En las últimas estrofas sigue presente la
prosopopeya “Todo vuelve otra vez vivo a la mente”, “…andar del tiempo”, “Y su
recuerdo ahora me traspasa”. También aparece la interrogación retórica en los
últimos versos “¿quién lo arranca?” “¿quién lo vence?...” Por otra parte, el uso
del encabalgamiento, a lo largo de todo el poema, le imprime un ritmo lírico
propio de la tradición poética.
En estos últimos versos se recoge toda la
significación del poema: el sujeto lírico está arraigado a su pasado, a la
tierra que lo vio nacer, y ese cordón nadie lo puede cortar; esa tierra fue
testigo de sus primeros deseos, de sus primeros amores, de un futuro que aún
estaba por escribirse; y esos recuerdos siempre están ahí, imposibles de vencer,
y, dolorosos “Y su recuerdo ahora me traspasa/El pecho tal puñal fino y
seguro”. Y más añora su “tierra” cuanto más recuerda la pureza de esos días,
tan lejanos y distantes de los de ahora, pero a la vez el yo lírico es
consciente de que esa tierra y esos recuerdos ya le son extranjeros: “irreparable
ya con el andar del tiempo”.
Según mi valoración
personal, Cernuda tuvo que sumar a su experiencia vivida, la condición de
exiliado. La nostalgia y el recuerdo de la tierra perdida están muy presentes
en este poema. Pero esta nostalgia no se trata solamente del paisaje, de
fuentes, llanuras o limoneros. También está la nostalgia de la juventud y de la
experiencia vivida, los amores, la familia, los amigos y tantas cosas que
forman la biografía sentimental de una persona.
Cernuda transmite una profunda tristeza que se ve
incrementada por la imposibilidad de recuperar lo que ha quedado atrás. Por
otra parte, el poeta en su evocación del paisaje, de la memoria de la juventud,
del pasado que se va irreparablemente recuerda los versos de otros autores de
su generación a los que les tocó vivir situaciones parecidas en recorrido vital.
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