NIÑO TRAS UN CRISTAL de DESOLACIÓN DE LA QUIMERA (1956-1962)
tras el cristal, el niño mira
llover. La luz que se ha encendido
la lluvia blanca con el aire oscuro.
La habitación a solas
le envuelve tibiamente,
y el visillo, velando
sobre el cristal, como una nube,
le susurra lunar encantamiento.
El colegio se aleja. Es ahora
la tregua, con el libro
de historias y de estampas
bajo la lámpara, la noche,
el sueño, las horas sin medida.
Vive en el seno de su fuerza tierna,
todavía sin deseo, sin memoria,
el niño, y sin presagio
que afuera el tiempo aguarda
con la vida, al acecho.
En su sombra la perla ya se forma.
Desolación
de la Quimera es obra cumbre
del poeta, fue escrita entre 1952 y 1962, y publicada de forma independiente
ese mismo año. Toma su título de un verso de T.S. Eliot. Cernuda intuía su
final, sabía que se acercaba la hora de la muerte y deja recogido una especie
de testamento literario, donde plasma, no solo, su particular homenaje a amigos
(Aleixandre) o a los maestros de los que bebió (Mozart, Tiziano, Galdós...), o
el cariño sentido hacia algunas personas, a los nietos de Concha Méndez, por ejemplo,
o el recuerdo de sus amores perdidos (a esos muchachos jóvenes de belleza
divina); sino también, se dedica a atacar con un lenguaje ácido, crítico y
desapasionado a todos aquellos que, según el poeta, han forjado “su leyenda”.
Los poemas de Desolación de la Quimera se alejan de ese distanciamiento que
Cernuda siempre había buscado y vuelve a poner otra vez el yo en primera línea,
dejando, de nuevo, el alma al descubierto pero, esta vez, el amargor vital, la
agresividad hacia los suyos, incluso, se convierte en un testimonio certero,
auténtico y veraz del alma atormentada y desdoblada del hombre que fue Luis
Cernuda. El tiempo pasado, la juventud ida, la vida no vivida y, sobre todo, su
dedicación a la poesía se erigen en los temas centrales de su último libro que
se convierte en un balance final.
El poema Niño
tras un cristal está inspirado en los nietos de Altolaguirre, niños a
los le unía una relación de cariño y con
los que convivió en la última etapa de su vida, en la casa de Concha Méndez, la
primera mujer de Altolaguirre. La instalación de Cernuda en México a partir de
1952, cuyo clima y paisaje tanto le recuerdan el de su Andalucía natal,
significa un retorno al mundo de la niñez, que es un recinto protegido de las
amenazas del tiempo y de la muerte. Se trata de un poema descriptivo de un
momento de recogimiento de un niño en su habitación que el autor utiliza para
la introspección interior.
El tema
es la niñez representada en el momento
en el que un niño está cercano a superar esta etapa. Se resalta el momento de
paz antes de que el tiempo y las experiencias de la vida le sitúen en la vida
del adulto, cargada de preocupaciones.
El poema se estructura
de la siguiente forma: cuenta con 21 versos que están divididos en cuatro
estrofas de cinco versos cada una y un verso final que por su significado
funciona como conclusión. El autor va de lo particular a lo general, ya que
inicia el poema con la descripción del momento y lugar en el que se encuentra
el niño a situación general, al momento vital en el que se encuentra
(“habitación” “vida”)
Niño
tras un cristal está
redactado en versos libres o versículos
(en su mayoría son endecasílabos o heptasílabos) y carecen de rima, pero
el ritmo poético esta construído a base de la repetición
de elementos propios de la lírica.
En el contenido se pueden
establecer dos partes:
·
La
primera parte abarca las 3 primeras estrofas en las que el autor describe en un
tono de abandono y tranquilidad el
momento y el lugar en el que se encuentra el niño. La luz, la lluvia, la
habitación, el libro…transmiten la sensación de encontrarse en un espacio
protegido.
·
La
segunda parte la forman la 4ª estrofa y el verso final: el poeta resalta el
momento de la inocencia del niño, que a punto está de hacerse mayor. Un tiempo
sin medida y en el que el “acecho” de la vida todavía no se presagia.
En el análisis
de los recursos literarios nos encontramos:
En la primera parte, el uso de la personificación
en “la habitación…/le envuelve” y en “El visillo le susurra…”, símil en “el visillo…/como una nube”, metonimia
en “El colegio se aleja”, metáfora en
“Es ahora la tregua” (descanso) y,
enumeración en “La noche, el sueño, las horas sin medida”
En la segunda parte hay: hipérbaton y paralelismo
en “Vive en el seno de su fuerza tierna,
todavía sin deseo, sin memoria, el niño, y sin presagio”, y, las metáforas
en “El tiempo aguarda con la vida al
acecho” (paso de la infancia a la edad adulta) y en “En su sombra la perla ya se forma” (carácter).
En general, en el poema se establece un
paralelismo entre el niño, encerrado y protegido en su habitación “la habitación a solas/le envuelve
tibiamente” y la perla que se va formando en su interior “en su sombra ya se forma la perla”.
En realidad, todos los recursos expresivos, el
momento del crepúsculo “al caer la tarde”,
el juego de luz y sobra “la lluvia blanca
en al aire oscuro”, la suspensión espacio-temporal de la tercera estrofa “es ahora/la tregua”, el contraste entre
la inocencia presente y la amenaza futura en la cuarta estrofa “que afuera el tiempo aguarda/con la vida,
al acecho”, se disponen hacia el verso final que forma una sola estrofa
aislada en el poema. El simbolismo de la perla revela aquí el deseo de
inocencia, de preservar la intimidad de cualquier amenaza externa.
Hay una lucha constante por resguardar la delicada
y frágil interioridad que se manifiesta en el poema desde la imagen inicial del
cristal. La transición del día a la noche se hace coincidir con el paso de la
niñez a la edad adulta, el cristal protege al niño de la lluvia, símbolo a su
vez de la muerte, como la concha protege a la perla, del agua del mar.
Haciendo una valoración
personal se trata de un poema muy fácil de entender porque, aunque está
cargado de recursos literarios, el lenguaje empleado es cercano y claro. Llama
la atención la naturalidad del lenguaje que se utiliza y la relación armónica
que se establece entre la naturaleza y el transcurso de la infancia. El poeta
transmite una profunda nostalgia pero al mismo tiempo, la paz encerrada en un momento. Sin embargo, el
poema queda abierto al futuro, un futuro, que dentro de las características
personales del poeta y las experiencias ya vividas, se espera con dificultades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario