En 1927 se celebra en el Ateneo de Sevilla un acto
para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora. A este acto
acuden escritores como Rafael Alberti, Federico García Lorca; Jorge Guillén,
Dámaso Alonso y Gerardo Diego, entre otros. Más tarde se unirán a ellos Vicente
Aleixandre, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados. Todos ellos
formarán el grupo poético conocido como “Generación del 27″. Todos ellos, además, estaban unidos por
características comunes: semejante formación intelectual, todos aparecían en
las revistas literarias del momento, todos se ven influenciados por los mismos
autores tanto extranjeros como españoles. Junto a ello, cabe destacar la gran
variedad de cada uno en su trayectoria literaria personal. Con todo, sino un
estilo común sí puede observarse en ellos cierta coincidencia de gustos y
afirmaciones estéticas. Entre ellas, el deseo de realizar una innovación dentro de la lírica española. En
suma, el grupo poético del 27 sorprende porque su asimilación de formas
anteriores, su respeto por la tradición, no contradice su
labor en la renovación de la lírica española.
Cernuda como sus compañeros de “generación”
sufrirá también su propia evolución literaria aunque manteniendo ese deseo de
renovación tan característico de su “generación”. Por ello se vio influenciado
igual que ellos por movimientos de vanguardia, como el surrealismo, y por
autores europeos como los poetas franceses y alemanes. Además de estos influjos
Luis Cernuda se vio influenciado por la poesía bíblica y la poesía clásica y se
percibe en su obra la lectura constante de sus dos poetas españoles preferidos:
Garcilaso y Bécquer.
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